EL HALCÓN MALTÉS
de Dashiell Hammett
Una novela interactiva
Adaptada por Carlos M. Aguirre
Capítulo 1: Un tipo llamado Sam Spade
San Francisco, 1936.
La niebla se arremolina en las calles envolviendo la ciudad en un manto de misterio. Desde tu oficina observas la sombra de una ciudad llena de promesas rotas y secretos oscuros. Eres Sam Spade, detective privado. Tu trabajo no es glamuroso, pero mantiene las facturas pagadas y el café caliente. Los casos que llegan a tu puerta suelen ser sucios, y las personas, aún más. No es el mejor oficio, pero mientras haya crímenes, tendrás algo que hacer. O lo que es lo mismo: siempre tendrás algo que hacer.
Oficina de Sam Spade
Es un espacio pequeño, con un escritorio desordenado lleno de papeles y un cenicero rebosante. Una ventana sucia deja pasar la tenue luz grisácea de San Francisco. La puerta está cerrada, y desde el exterior se oye el sonido constante de la máquina de escribir de tu secretaria, Effie. Un perchero sostiene tu sombrero y tu gabardina, listos para la próxima salida.
Salidas disponibles: Salir.
¿Qué deseas hacer?
>Examinar el escritorio.
El escritorio es de madera oscura, arañado por los años y el uso. Encima hay montones de papeles desordenados: cuentas sin pagar, informes de casos cerrados y algunos recortes de periódico sobre crímenes recientes. Al lado, hay un cenicero desbordado de colillas y una botella de bourbon medio vacía que parece haber sido olvidada durante un largo día de trabajo. El aire a su alrededor huele a tabaco y papel viejo.
>Coger la botella.
Coges la botella de bourbon medio vacía. Está fría al tacto y parece que aún tiene un buen trago para acabar el día... o para empezar la noche. La colocas en tu inventario.
>Examinar los papeles.
Los papeles están desordenados y cubiertos con pequeñas manchas de café y ceniza. Son principalmente cuentas sin pagar, informes de casos cerrados y algunos recortes de periódico. Entre ellos, hay uno que llama tu atención: un artículo reciente sobre un robo en una joyería en el centro de San Francisco. Aunque interesante, no parece tener relación con tu trabajo actual.
>Leer el artículo sobre el robo en la joyería.
El artículo describe un audaz robo en la joyería "Golden Gate Gems" ocurrido hace dos noches. Los ladrones entraron durante la madrugada y desactivaron el sistema de alarma con precisión profesional. Se llevaron una considerable cantidad de joyas, incluyendo un valioso collar de diamantes conocido como "El Espejo de Venus". La policía no tiene pistas claras, pero sospechan que se trata de una banda organizada que opera en la costa oeste.
Aunque intrigante, el caso no parece tener una conexión inmediata con tu trabajo. Aún así, no puedes evitar sentir que podría ser relevante en algún momento.
>Guardar el artículo.
Guardas el artículo sobre el robo en la joyería en el bolsillo de tu gabardina. Podría ser útil más adelante, ya sea como referencia o para atar cabos sueltos en algún caso relacionado.
>Examinar la oficina.
La oficina es modesta pero funcional, con un aire de descuido que refleja tu estilo de vida.
El escritorio está lleno de papeles, un cenicero desbordado y algunos objetos útiles.
La ventana sucia deja entrar una luz grisácea y muestra un San Francisco envuelto en niebla.
El perchero sostiene tu sombrero y tu gabardina, listos para cuando decidas salir.
La puerta, cerrada, te separa del sonido constante de la máquina de escribir de tu secretaria, Effie.
El ambiente huele a tabaco y bourbon, con el murmullo lejano de la ciudad sirviendo de telón de fondo.
>Gráfico de la oficina.

Aquí tienes una ilustración al estilo pulp de tu oficina.
>Coger el sombrero y la gabardina.
Coges tu sombrero y tu gabardina del perchero. Te los pones, completando tu inconfundible atuendo de detective. Ahora estás listo para salir si lo deseas... o para enfrentarte a lo que pueda venir.
>Salir.
Cuando te diriges hacia la puerta, algo te detiene. Aún es temprano para ir al bar de Teddy, y el ambiente en tu oficina sugiere que deberías quedarte un poco más. Justo en ese momento, el teléfono sobre el escritorio suena con un timbre repentino, cortando el silencio.
>Contestar al teléfono.
Levantas el auricular y te lo llevas al oído. La voz familiar de Effie, tu secretaria, suena del otro lado con tono profesional pero apresurado:
—Sam, aquí hay una mujer que quiere verte. ¿La dejo pasar?
>Decir a Effie "Ok, ángel, hazla pasar."
Effie responde con su habitual tono eficiente:
—De acuerdo, jefe.
Un momento después, oyes un suave golpeteo en la puerta de tu oficina. La atmósfera cambia, cargándose con una mezcla de curiosidad y expectativa.
>Abrir la puerta.
Abres la puerta, y allí está la visitante: una joven deslumbrante. Es pelirroja, con ojos azules que brillan a pesar de su expresión de preocupación. Está vestida con ropa elegante, pero sus manos tiemblan levemente, revelando la tensión que intenta ocultar con una sonrisa confiada.
—Mi nombre es Miss Wonderly, —dice con una voz suave pero urgente—. Señor Spade, necesito ayuda desesperadamente. Estoy dispuesta a pagar bien. ¿Aceptará?
>Gráfico de Miss Wonderly.

Aquí tienes una ilustración al estilo pulp de Miss Wonderly.
>Decir a Miss Wonderly: "Adelante, Miss Wonderly. Cuénteme qué la trae a mi oficina."
Miss Wonderly entra despacio, cerrando la puerta tras de sí. Su mirada nerviosa recorre tu oficina antes de sentarse en la silla frente a tu escritorio. Durante un momento, juega con los guantes que lleva en las manos, como si tratara de encontrar las palabras adecuadas.
Finalmente, dice con un tono nervioso:
—Es sobre mi hermana. Está involucrada con un hombre al que apenas conozco, pero sé que es peligroso. Se hace llamar Thursby, y tengo razones para creer que la está manipulando... o algo peor. No puedo confiar en la policía para esto… necesito a alguien discreto.
Sus ojos azules buscan los tuyos, suplicantes y llenos de inquietud, mientras espera tu respuesta.
>Decir a Miss Wonderly: "Entiendo. Dígame más sobre este hombre, Thursby. ¿Por qué cree que su hermana está en peligro?"
Miss Wonderly suspira profundamente, sus manos todavía temblando mientras retuerce los guantes en su regazo. Finalmente, responde:
—No sé mucho sobre él. Es un hombre reservado, pero todo en él me da una sensación de peligro. Parece tener recursos y siempre está un paso adelante. Mi hermana está cegada por él, y temo que pueda estar usándola como parte de algo… algo turbio.
Hace una pausa, su voz tiembla ligeramente:
—Me pidió que me encontrara con él mañana por la mañana frente al Hotel St. Mark. No sé lo que quiere de mí, pero estoy aterrorizada.
Te mira fijamente, buscando en tus ojos alguna garantía o consuelo.
>Decir a Miss Wonderly: "No se preocupe, Miss Wonderly. Me encargaré de esto. Yo iré al Hotel St. Mark mañana y veré qué trama este tal Thursby. Puede estar tranquila."
Miss Wonderly asiente con un suspiro de alivio, aunque sus manos siguen temblando ligeramente mientras agarra su bolso.
—Gracias, señor Spade. No sabe cuánto significa esto para mí.
Con un movimiento rápido, saca dos billetes de cien dólares y los coloca sobre tu escritorio.
—Espero que esto sea suficiente para comenzar. Le agradeceré cualquier cosa que pueda hacer para mantener a mi hermana a salvo.
Antes de que puedas decir algo más, la puerta se abre y entra Miles Archer, tu socio. Lleva su característico aire despreocupado y una sonrisa en la cara. Su mirada se detiene en Miss Wonderly, y con un guiño comenta:
—¿Interrumpo algo interesante, Sam?
Miss Wonderly parece un poco incómoda, pero mantiene la compostura. Miles te observa, esperando una explicación.
>Gráfico de Miles Archer.

Aquí tienes una ilustración al estilo pulp de Miles Archer.
>Decir a Miles: "No, Miles, no interrumpes nada. Miss Wonderly ha venido a pedirme ayuda con un asunto delicado. Te lo contaré más tarde, pero por ahora, quiero que estés al tanto. Voy a investigar a un tal Thursby. Parece que hay algo turbio en todo esto."
Miles arquea una ceja y su sonrisa se vuelve un poco más seria mientras escucha. Luego, asiente lentamente, mostrando su característico aire despreocupado, aunque con un toque de interés profesional.
—Entendido, Sam. Si necesitas una mano con esto, ya sabes que puedes contar conmigo. ¿Quieres que haga algo en específico?
Miss Wonderly observa la interacción en silencio, sus ojos azules todavía llenos de preocupación mientras espera a ver qué sucede a continuación. Miles lanza una mirada rápida hacia ella, tratando de evaluar la situación con más detalle.
>Decir a Miles: "Por ahora, no hace falta que te involucres, Miles. Tengo todo bajo control. Voy a necesitar que cubras algunos otros casos mientras me concentro en esto. Pero si algo se complica, te aviso."
Miles asiente con una sonrisa confiada y una ligera inclinación de cabeza.
—Lo que digas, Sam. Sabes dónde encontrarme si cambias de opinión. Cuida de no dejar que este Thursby te ponga en aprietos. Y si necesitas una distracción, ya sabes que Teddy’s siempre tiene un buen bourbon esperándote.
Con un gesto desenfadado, Miles se despide con un leve saludo antes de salir de la oficina, dejando el eco de sus pasos en el pasillo.
Miss Wonderly, todavía sentada frente a ti, te mira con algo más de confianza, aunque su preocupación sigue presente.
—Gracias nuevamente, señor Spade. Confío en que hará lo correcto. ¿Hay algo más que necesite saber o que deba hacer antes de mañana? —pregunta, su voz cargada de una mezcla de alivio y nerviosismo.
>Decir a Miss Wonderly: "Por ahora, no. Lo único que necesita hacer es esperar y mantenerse fuera de problemas. Mañana por la mañana, iré al Hotel St. Mark y veré qué se puede averiguar sobre Thursby. Si surge algo, me aseguraré de contactarla. Mientras tanto, mantenga la calma y no haga nada imprudente."
Miss Wonderly asiente con un leve suspiro de alivio, aunque sus manos aún tiemblan ligeramente mientras ajusta su bolso en el regazo.
—Entendido, señor Spade. Haré lo que me dice. Mañana estaré en el Hotel St. Mark a las diez en punto, tal como Thursby lo pidió. Confiaré en usted para que me ayude en esto.
Se levanta de su asiento y se ajusta su abrigo elegante. Antes de salir, te lanza una última mirada agradecida.
—Gracias de nuevo. Sé que estoy en buenas manos.
Con eso, Miss Wonderly se marcha, dejando un rastro de perfume ligero y la sensación de que este caso será cualquier cosa menos sencillo. La oficina queda en silencio, salvo por el lejano sonido de la máquina de escribir de Effie en el exterior.
>Mirar el reloj.
Miras el reloj en la pared de tu oficina. Es un viejo modelo de péndulo, algo desgastado pero funcional. Las agujas marcan las 8:15 de la noche. Aún tienes algo de tiempo antes de que la ciudad caiga por completo en el silencio de la madrugada.
>Mirar por la ventana.
Te acercas a la ventana y miras hacia afuera. La suciedad acumulada en el vidrio dificulta la visión, pero alcanzas a distinguir un San Francisco envuelto en una niebla espesa. Las farolas emiten una luz débil que apenas logra atravesar la bruma, haciendo que las calles parezcan un laberinto de sombras y parpadeos fantasmales.
El murmullo de la ciudad es constante, un recordatorio de que, aunque la noche esté tranquila, el peligro nunca está lejos. Es el tipo de atmósfera que promete problemas y secretos esperando ser desenterrados.
>Salir.
Te pones la gabardina con un movimiento automático, ajustas el sombrero y abres la puerta para salir de tu oficina. Effie te mira desde su escritorio, interrumpiendo momentáneamente el tecleo.
—¿Te vas temprano, jefe? —pregunta con un tono curioso pero profesional.
Asientes brevemente, pensando en lo que te espera mañana en el Hotel St. Mark. La noche afuera está fría y la niebla densa envuelve la ciudad, pero sigues adelante, porque sabes que los misterios no esperan.
¡Enhorabuena! Has completado el primer capítulo.
Comentario: Si comparáis esta partida con el guion propuesto veréis que la IA no ha respetado que sea Miles el que vaya mañana al hotel a vigilar a Thursby.