Creo que solo en los primeros años (por lo menos en España), durante la época de las compañías comerciales, la proporción fue claramente favorable a los jugadores.
Tras la publicación del PAWS y el cierre de AD, el interés por jugar este tipo de juegos entre un público ávido de aventuras gráficas, prácticamente desapareció.
Si el género se mantuvo vivo fue porque todavía quedó un grupo (pequeño pero nada desdeñable) de autores muy interesados en las aventuras de texto, pero NO COMO JUGADORES, sino COMO CREADORES.
Quizás en ese momento Aventuras AD perdió la posibilidad de ganar bastante dinero -y recuperar con creces lo que pagó a Gilberts- publicando una versión comercial del DAAD para PC-Amiga-Atari ST...
A finales del siglo pasado demanda de aventuras no había, pero de herramientas de creación para 16 bits, sí.
Sea como fuere, la situación a partir de ese momento se mantuvo hasta hoy: un grupo de aficionados minoritario organizados en torno al CAAD o a sus proyectos satélite (como el SPAC), formado mayoritariamente por AUTORES...
Casi nunca ha habido JUGADORES puros -es decir, gente que se acercase al CAAD sólo para disfrutar de las aventuras creadas por otros-
La situación siempre ha sido un poco penosa, algo así como: "si me prometes jugar mi aventura, juego la tuya" o... "anda, porfi, hazme una comentario a mi aventura para el SPAC."
En los últimos 30 años el tirón de las aventuras de texto parece que está en la posibilidad de crearlas, no de jugarlas... y nada -ni siquiera obras tan espectaculares desde el punto de vista gráfico o multimedia como la muy notable Aventura casi original de Tranqui, parece que haya conseguido revertir esta tendencia.
Los autores de aventuras me recuerdan un poco a esos aficionados al maquetismo ferroviario, entusiasmados en crear su "pequeño mundo"... y que una vez lo tienen montado, están deseando invitar a casa gente para que lo admire... sin saber muy bien cómo hacerlo.
Conste que no digo nada de esto a modo de crítica, sino de reflexión.... yo, por mi parte, siempre he disfrutado mucho más JUGANDO que CREANDO aventuras... pero en esto, como en casi todo, parece que soy un tío muy raro.
